"El camino del samurai"

En Japón antiguo existió una clase guerrera era conocida por su valor, su habilidad con las armas y sobre todo por su honor, fueron conocidos con el nombre de samuráis.

La palabra samurai significa (los que sirven). Emergieron en las provincias de Japón entre los siglo IX y XII y aunque en principio eran vasallos de sus señores, llegaron a transformarse en la clase gobernante de las provincias de Japón hasta su declive y total abolición en 1876.
Los samuráis eran expertos en las artes marciales, destacaban por su habilidad con el arco y la espada y eran grandes jinetes.
Vivían siguiendo el Bushido, un modo de vida que implicaba lealtad total del samurai hacia su Emperador. Eran honestos y de total confianza, su existencia era frugal, sin interés por las riquezas materiales, enteramente entregados al orgullo y al honor.

Eran hombres de valor que no temían a la muerte, dispuestos a entablar batalla sin importar las dificultades y a morir en la guerra dando honor a su familia y a su señor.


Origen

En el siglo XI comenzó el ascenso de la casta guerrera en Japón. Antes de que terminara el siglo XII ya había impuesto al Japón un sistema de gobierno militar que habría de perdurar, con diversas modificaciones, por casi 700 años.
A este prolongado régimen de dictadura militar hereditaria se le conoce como Shogunato (shogun era el comandante militar) y duró de 1192 a 1867.
Para la segunda mitad del siglo XII el emperador se había convertido en un símbolo de la soberanía japonesa, recluido en Kyoto.

En Japón se imponía la fuerza armada de familias guerreras dispersas por el territorio. En esa época (siglo XII), las dos familias más importantes eran los Minamoto y los Taira. Estas familias luchaban por la posesión de la tierra cultivable del Japón, que ocupa un 20% del territorio. Finalmente, dominaron los Minamoto; y el jefe de esta familia, Manamoto Yoritomo, fue nombrado shogun (comandante militar) en 1192 por el emperador. A partir de entonces, el shogun fue virtualmente la autoridad suprema de Japón.




Este comandante supremo nombró una serie de gobernadores militares (shugo) que guardaban el orden en todo el territorio japonés y servían a su régimen. A cambio de su lealtad, los shugos recibían tierras. Así el poder político se asoció al poderío militar y a la propiedad territorial. Con el tiempo, los shugos dejaron de ser simples guardias territoriales para convertirse en una versión oriental de señores feudales, llamados daimyo. Estos daimyo o señores consolidaron la primacía del espíritu guerrero en Japón.

Con el crecimiento del sistema feudal, basado en la lealtad personal y de la familia, surgió el más famoso de los tipos japoneses: el samurai o guerrero caballero. Los samurai eran los “guardias profesionales” de los daimyo ( o señores feudales japoneses).





Cada daimyo tenía uno o varios samurai que protegían su tierra y su poder, y luchaba por él en la guerra. Originalmente, el término samurai se usó para nombrar a los guerreros aristócratas; pero después se aplicó a toda la casta guerrera que dominó Japón durante los (siglo XII al XIX).

La importancia e influencia de los samurai aumentó con el paso de los años. Algunos samurai fueron mezclándose con miembros de familias en el poder. A cambio de su lealtad al daimyo, los samurai recibían tierras y tributos. El cargo de samurai se volvió hereditario y así se fundaron las dinastías de samurai.

La casta de guerreros adquirió características que lo situaron aparte del resto de la población. Los samurai estaban vinculados por un código de ética y conducta (conocido como bushido), que los convirtió en un ejemplo de conducta para las clases bajas. Asimismo, sólo a los samurai se les permitía portar las armas supremas de la guerra japonesa, las espadas que se blandían a dos manos y eran objeto de veneración casi sagrada. Por otro lado, los samurai tenían los privilegios de las clases altas: poseían tierras y no tenían límites para viajar. Durante una época los samurai tenían el derecho de cortarle la cabeza a los comuneros que los ofendieran.

"Características"

Eran hombres que vivían siguiendo el Bushido; era su modo de vida. La lealtad total del samurai era para su Emperador y para su Daimyo. Eran honestos y de total confianza. Vivían vidas sin intereses en la riqueza y cosas materiales, pero con gran interés en el orgullo y honor. Eran hombres de valor verdadero.

Los Samurais no temían a la muerte. Entablarían batalla sin importar cuales fueran las dificultades. Morir en la guerra reportaría honor a su familia y a su señor.



Los samurais preferían luchar solos, uno contra otro. En batalla un Samurai "invocaría" el nombre de su familia, Rango y hazañas. Entonces buscaría un oponente de similar rango y batallarían. Cuando el Samurai acaba con su oponente le decapita, para así tras la batalla retornar con las cabezas de los oponentes vencidos que acreditan así su victoria. Las cabezas de los generales y aquellos con alto rango eran transportadas de vuelta a la capital y mostradas en las celebraciones.

"La única salida para un Samurai derrotado era la muerte o el suicidio ritual"

El ritual más conocido fue sin dudas el, desentrañamiento también conocido como Hara-Kiri, es cuando un Samurai literalmente se saca las entrañas. Tras ese acto, otro samurai, usualmente un amigo o pariente, le corta la cabeza.

Esta forma de suicido era realizada bajo diferentes circunstancias "Para evitar la captura en batalla, captura que el samurai no consideraba deshonrosa y degradante, pero de mala política; para expiar un acto indigno o fechoría; y quizás mas interesantemente, para advertir a su Señor"




Un Samurai preferiría matarse a si mismo antes que traer deshonor y desgracia al nombre de su familia y a su Señor. Esto era considerado un acto de verdadero honor.

"Caída"

Con los cambios sociales que se dieron el mundo, Japón a pesar de una resistencia a la occidentalización fue eliminando ese viejo sistema.

Cuando los ejércitos privados de los señores feudales fueron desorganizados, muchos soldados samurai sin empleo rondaban por el país, siendo inútiles sus habilidades guerreras en una época en la que Japón estaba en paz, por primera vez en muchos siglos. Los samurai se encontraron viviendo en una sociedad completamente basada en las antiguas normas medievales, pero al mismo tiempo, vivían aparte de dicha sociedad, en la que no había lugar para guerreros. Se convirtieron en una clase aparte, manteniendo vivas las viejas reglas de caballería y su devoción a las artes de lucha.

A finales del siglo XVIII los samurai y los campesinos se iban empobreciendo, mientras que la clase de los comerciantes se hacía cada vez mas próspera, comenzando a emerger como una fuerza de cambio

Durante el periodo Edo (1603 a 1867), En 1633, el Shogun Iemitsu prohibió viajar al extranjero y aisló casi totalmente Japón en el 1639, reduciendo los contactos con el mundo exterior y cortando las relaciones comerciales de igual manera. También prohibió toda la literatura referente a lo extranjero.

En esta era de paz, los samurai se dedicaron a los estudios intelectuales como literatura, historia, filosofía o meditación. También se dedicaron al comercio o se integraron a la burocracia. Durante los dos siglos siguientes las formas del feudalismo se mantuvieron estáticas.

El bushido, el código de los guerreros feudales, se convirtió en el estandarte de la conducta para los grandes señores y la clase acomodada del samurai que actuaron como sus partidarios y administradores.




En 1867 renunció el último shogun y se reinstaló el emperador como el poder legítimo en Japón (época conocida como restauración Meiji).

En 1871 los privilegios de la clase samurai fueron oficialmente suprimidos. Los daimyo tuvieron que regresar la tierra al emperador y recibieron pensiones del estado japonés. Muchos samurai quedaron empobrecidos y desamparados. En 1875 se les prohibió portar las espadas que simbolizaban su dignidad. En el moderno Japón ya no había lugar para el guerrero a la antigua.


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