- La religión en Japón se puede resumir en un chiste nacional: "
Nacen sintoístas, se casan cristianos y son enterrados como budistas"
.
Los japoneses incorporan los rasgos de muchas religiones en sus vidas diarias en un proceso conocido como sincretismo ("ninguna religión pero todas a la vez").
No es raro poder contemplar las calles japonesas decoradas durante las fiestas de Tanabata, Obon, Halloween y Navidad.

Aunque el budismo y el sintoísmo tiene incontables devotos, Japón se está convirtiendo en un país cada vez más materialista, y para muchos de sus habitantes los ritos sólo son una cuestión formal.

Más del 90% de los japonenes practican tanto el sintoísmo (para los ritos del bautismo y el matrimonio) como el budismo, que está sobre todo reservado para las ceremonias fúnebres. El cristianismo es practicado por una minoría, pero una boda cristiana representa una novedosa alternativa frente a la ceremonia sintoísta.

Sintoísmo (Sinto, el camino de los dioses), es el nombre que se otorga a diversos sistemas de creencias animistas de origen prehistórico que veneran a los kami, las divinidades en todas las cosas. Según los mitos cosmogónicos sintoístas, los japoneses y su emperador descienden de los dioses. Muchas variaciones sintoístas se basan en la creencias de que todas las personas se convierten en kami tras su muete y por eso los antepasados deben ser benerados como tales. El santuario sintoísta más venerado es Ise-jingu.

Son pocos los creyentes que practican el animismo, pero el sintoísmo prospera como una cuestión ceremonial. Los coloristas festivales matsuri son acontecimientos populares, que se celebran a lo largo de todo el año, y los santuarios sintoístas son visitados por unos 70 millones de personas durante las celebraciones de Año Nuevo.





Confucionismo, es el código ético basado en las enseñanzas del sabio chino Confucio (551-479 a.c) preconiza la humanidad, la frugalidad, la generosidad y la moderación. Fundamentado sobre la piedad filial, el respeto por los ancianos y la observancia de la tradición, fue aplicado a los principios de gobierno desde el siglo VII, pero tuvo una escasa influencia directa hasta después de 1333, cuando los samurais adoptaron y adaptaron nuevas formas chinas. El confucionismo sirvió para reforzar la jerarquía social y la lealtad a esos señores feudales y/o al emperador, según hacia que lado se inclinase el péndulo del poder. También dictó el sistema ie, una jerarquía patriarcal que domina las relaciones en el hogar.

El confucionismo, con su énfasis en el conformismo, facilitó un estricto control por parte del gobierno entre 1603 y 1868, y más recientemente fue también explotado por los nacionalistas. Se sigue enseñando en los colegios aunque de una forma diluida. El conformismo se considera una virtud, y la lealtad a la empresa supera a la vida familiar, por lo que la sociedad sigue siendo muy jerárquica. El amor de los japoneses por la armonía social y por evitar la confrontación también son legados del confucionismo.




Budismo, la enseñanzas de Buda ("el iluminado") se avrieron camino entre la India y Japón a través de China y Corea. Llevado por emisarios coreanos a mediados del siglo VI a.C, el budismo mahayana fue convertido en religión de estado por el príncipe Shotoku en 593. Durante los siglos posteriores, aumentó su influencia y se desarrollaron diversas escuelas.

El budismo
ze fue introducido desde China durante el periodo Kamakura (1185-1333). Esta escuela afirma que la iluminación sólo se alcanza através del esfuerzo individual y de la meditación (zazen). El zen due favorecido por los samurais y, al igual que las otras formas de budismo, tuvo una profunda influencia en la arquitectura, las artes y la cultura de japón.





Cristianismo, fue llevado a Japón a mediados del siglo XVI por frailes portugueses y españoles, como San Francisco Javier. Realizó grandes avances, sobre todo en Kyushu, pero su difusión supuso una amenaza política para el shogun (dictador militar) que, temeroso de los objetivos coloniales europeos, lo reprimió con inusitada crueldad. El cristianismo estuvo en la clandestinidad entre 1636, cuando el país se cerró a los extranjeros, y 1868, tras la caída del shogunato.




Aunque esta religión sigue siendo considerad extraña, la obra misionera llevada a cabo en el desarrollo de hospitales y escuelas, y entre los pobres, la ha hecho merecedora de cierto respeto. En la actualidad, en Japón existen unas 6.000 iglesias cristianas y alrededor de un millón de fieles.







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