Al entrar por primera vez en una casa japonesa te sorprenderá los indicadores que anuncian una manera de vivir totalmente diferente y que empiezan en la misma entrada, con las hileras de zapatos en el suelo. Levar zapatos dentro de casa destrozaría el tatami, las gruesas esteras de paja de arroz trenzada que cubren al menos uno de los suelos, incluso en los apartamentos modernos.
Nadie anda en un hogar japonés con calzado, ni siquiera sobre las moquetas. Al invitado se le proporciona zapatillas; incluyendo unas especiales para el aseo. Si la casa es tradicional dispondrá de fusuma, puertas correderas hechas de grueso papel estirado sobre una estructura de madera. También contará con shoji, puertas con una cuadrícula de madera cubierta de delgado papel blanco, también correderas y que se utilizan asimismo tras las ventanas. Muchas casas cuentan con camas, pero en el dormitorio tradicional el colchón futon se oculta durante el día en un armario, y el lecho se extiende en el suelo por la noche.
Las sillas son un elemento popular en el comedor, pero en las habitaciones que cuenten con tatami hallará una mesa baja a la que deberá sentarse sobre cojines, en el suelo. En invierno probablemente se sentará, cómodamente junto a la kotatsu, una mesa camilla baja dotada de un brasero.
El baño (ofuro) suele constar de una cubeta honda en la que uno se sienta y se pone a remojo, pero sólo una vez que se está totalmente limpio. Primero, antes de entrar en la bañera, hay que enjabonarse y aclarar utilizando un grifo, una ducha o el agua que se extrae de la bañera mediante un cubo o cacillo. Nunca hay que lavarse en la bañera, ya que el agua será utilizada a continuación por otras personas.
Los retretes occidentales son comunes en la actualidad, al igual que variaciones sorprendentemente modernas como la denominada washlet, con asientos dotados de un chorro de agua caliente con solo apretar un botón. También son comunes las turcas. La variedad japonesa cuenta con una parte delantera abovedada.
Estas son algunas expresiones y palabras básicas del japonés.
Buenos días: ohayou gozaimasu Buenas tardes / Hola: konnichiwa Buenas noches: konbanwa Buenas noches (se dice antes de ir a dormir): oyasuminasai Hasta luego: ja ne / matta ne Hasta mañana: mata ashita adiós: sayounara
Encantado de conocerte: hajimemashite Mi nombre es... : Watashi no namae wa... ¿Qué tal?: genki deska? Por favor: onegaishimasu Gracias: arigato De nada: douitashimashite Sí: hai No: iie Disculpe: sumimasen Lo siento: gomennasai
uno: ichi dos: ni tres: san cuatro: shi / yon cinco: go seis: roku siete: nana /shichi ocho: hachi nueve: kyu diez: juu
A partir del 10 los número se forman añadiendo juu (10)al número, por ejemplo, once: juu ichi (10 y 1), doce: juu nii (10 y 2)... hasta el 20 que el juu pasa al final, 21: ni juu ichi (2, 10 y 1), 32: san juu ni (3,10 y 2)
Los meses del año se forman a partir de los número añadiendo gatsu. Ejemplo: enero es el mes 1 por lo que será ichi gatsu, febrero ni gatsu, junio roku gatsu, diciembre juu ni gatsu.
Esta web es muy útil para aprender algunas nociones sobre el japonés a través de videos: japoneando
Lolita. Es un estilo basado en trajes góticos europeos con toques punk. En Japón existen tiendas dedicadas solo a este estilo aunque las chicas que lo llevan se suelen diseñar sus propios trajes.
Estos trajes suelen ser de color blanco y negro aunque según la tendencia pueden ser de colores más claros como el rosa o el azul. Las que llevan ropa oscura se les conoce como Gothic Lolitas.
Mientras que las que llevan trajes de color claro y de aspecto más infantil son Sweet Lolitas.
Otro estilo son las decora o decorer. Lo que más destaca es que llevan una gran cantidad de adornos, tanto en el pelo como en el cuerpo. Visten con colores muy vistosos y llamativos como el rojo, rosa, amarillo...
El viejo sistema familiar ie, dominado por varones y basado en la tardición, fue prohibido por la constitución en 1946, un factor que contribuyó a la emigración urbana impulsada por las oportunidades laborales. Tradicionalmente, tres generaciones vivían bajo el mismo techo, una extendida costumbre que ahora sólo se da en las zonas rurales; más de las tres cuartas partes de la población vive en las ciudades, donde la norma es la familia nuclear. No obstante, el descenso de la tasa de natalidad pone de manifiesto el creciente problema de una sociedad envejecida. Para cuidar a los ancianos, las familias vuelven a ser numerosas, pero las diversas generaciones viven en apratamentos separados en el mismo edificio.
El hogar de la familia media urbana con un hijo consta de dos dormitorios y una estancia que es sala de estar, comedor y cocina a la vez. A causa de la falta de espacio, la mayoría de los japoneses -sobre todo los hombres- pasan sus momentos de ocio fuera de casa. El dominio masculino parece sobrevivir en los hogares modernos, donde el hombre mayor es que se baña primero y la mujer más joven la última. Cuando se atiende a los invitados, la esposa suele servirles la comida primero a ellos y a su esposo, comiendo ella más tarde. Por otra parte, el hogar de una mujer japonesa es su castillo. Maneja la economía doméstica y toma decisiones respecto a los hijos y su educación. El marido le entrega el suelo, y ella le da dinero para sus gastos personales, el kotozuke.
Quienes viven según el sistema ie suelen hacerlo en grandes familias, lo cual resulta muy conveniente para los negocios familiares. Una mujer solía convertirse en propiedad de la familia de su esposo al casarse, y normalmente cortaba todos los lazos con la suya. No obstante, desde la época feudal, si la familia de la esposa no cuenta con un heredero varón, el marido puede entrar a formar parte de la familia de la esposa, adoptando su nombre. Incluso en la actualidad hay hombres que son "adoptados" por familias en busca de un heredero varón.
La ética laboral japonesa es legendaria. Según el patrón tradicional, elsalaryman(el oficinista)viaja cada día una media de dos horas para ir de casa al trabajo y viceversa, y se pasa hasta 10 horas en la oficina, 6 días a la semana. Las O.L (Office Ladies, empeladas femeninas) trabajan 8 horas al día.
Tiene derecho a dos semanas de vacaciones pagadas por año, pero sus entido de la lealtad empresarial las reducirá a unos cuatro días.
Cuando cierran la oficina se espera que el salaryman se una a sus compañeros de trabajo para tomar una copa. Para cuando lleguen a casa, sus hijos ya estarán dormidos; con ellos solo está el domingo, si es que puede despertarse.
Hasta hace unos diez años, el salaryman tenía asegurado el empleo de por vida; ascendía en la jerarquía empresarial de acuerdo a un baremo basado en la edad en lugar de la capacidad. Cuando hacia los 40 años alcanzba un puesto de gerencia intermedia, también aumentaba la cantidad de trabajo asignado, al mismo tiempo que sus responsabilidades hacia sus superiores y subalternos. Si no sucumbía al karoshi -caerse muerto a causa del exceso de trabajo- a los 69 años lograba llegar a la gerencia superior y la jubilación.
Aunque todavía se trata de un escenario típico, lo cierto es que la situación está siendo redefinida. La recesión ha cambiado enormemente las pautas laborales en Japón. Los ascensos se basan cada vez más en la capacidad; los cazatalentos y los cambios de trabajo empiezan a ser comunes. El objetivo de la semana laboral de 40 horas sigue estando lejos, aunque las grandes empresas y fábricas adoptaron la semana laboral de cinco días a finales de la década de 1980, y la mayoria de las empresas trabajan 6 días a la semana conceden medio día de fiesta los sábados en semanas alternas.
Cuanto más pequeña es una empresa, mas probable es que practique la semana laboral de 48 horas. Siendo la espina dorsal de la economía, las pequeñas empresas subcontratan la fabricación de piezas de las más grandes. La competencia es ácerrima incluso en tiempos de recesión: si una empresa no puede ajustarse a precios bajos y plazos cortos, siempre habrá otra que esté dispuesta a ahacerlo. Muchos de estos negocios explotan a trabajadores extranjeros, en gran parte ilegales. Aunque el sistema de trabajo de por vida empieza a declinar, sigue manteniendo bastante baja la tasa de desempleo japonesa.
Japón es un país en el que han infludio muchas tendencias de occidente. Estas tribus urbanas no son solo la forma de vestir sino un estilo de vida. Alrededor del mundo se van haciendo cada vez más conocidas y son admiradas por muchas personas que no dudan en imitar a los japoneses.
De las tribus urbanas o subculturas destacaremos: gals, visual kei, lolita, decora y cosplay.
El primer grupo es, posiblemente, uno de los más conocidos e influyentes en Japón. Su estilo de vida se caracteriza en que se salen de los prototipos, rompen con el sistema, no se preocupan por el futuro ni por los estudios. De aspecto varian más por lo que hay diferentes subgéneros dentro de gals que van de aspecto más simple a extremo. La forma básica se conoce como kogal, más común entre chicas, y se caracterizan por llevar el pelo rubio o dorado, estar muy bronceadas, pintarse los ojos blancos y vestir con minifaldas y botas altas.
Grupo de ganguro
Revista (una de muchas) dedicada a este estilo
Las ganguro son muy similares a las kogal de aspecto aunque dentro de las ganguro encontramos el estilo más extremo que son las mamba o yamamba. Estas se suelen pintar la cara de colores oscuros o incluso negro, el resto de maquillaje suele ser de colores más llamativos al igual que el color de pelo.
Ejemplo de chicas mamba
Para no extenderlo mucho solo nombraremos algunos subgéneros más de este estilo. Los más comúnes son las ganjiro, sport-gals, bgals y one gals. Aunque es un estilo extendido sobre todo entre chicas también hay chicos gals.
El siguiente género son los Visual Kei. Surgió de bandas de rock japonés y hoy en día los jóvenes se visten siguiendo el modelo de estas bandas. Se suelen caracterizar por tener un aspecto que llama la atención y que está muy preparado y cuidado. Al igual que las gals, dentro de este género encontramos subcategorías que son angura kei, eroguro kei y oshare kei. Es un estilo difícil de explicar pero al ver imágenes se reconoce fácilmente.
Grupo de música estilo Visual Kei
A los demás estilos, lolita y decora, le dedicaremos otra entrada a parte.
En Japón antiguo existió una clase guerrera era conocida por su valor, su habilidad con las armas y sobre todo por su honor, fueron conocidos con el nombre de samuráis.
La palabra samurai significa (los que sirven). Emergieron en las provincias de Japón entre los siglo IX y XII y aunque en principio eran vasallos de sus señores, llegaron a transformarse en la clase gobernante de las provincias de Japón hasta su declive y total abolición en 1876. Los samuráis eran expertos en las artes marciales, destacaban por su habilidad con el arco y la espada y eran grandes jinetes. Vivían siguiendo el Bushido, un modo de vida que implicaba lealtad total del samurai hacia su Emperador. Eran honestos y de total confianza, su existencia era frugal, sin interés por las riquezas materiales, enteramente entregados al orgullo y al honor.
Eran hombres de valor que no temían a la muerte, dispuestos a entablar batalla sin importar las dificultades y a morir en la guerra dando honor a su familia y a su señor.
Origen
En el siglo XI comenzó el ascenso de la casta guerrera en Japón. Antes de que terminara el siglo XII ya había impuesto al Japón un sistema de gobierno militar que habría de perdurar, con diversas modificaciones, por casi 700 años. A este prolongado régimen de dictadura militar hereditaria se le conoce como Shogunato (shogun era el comandante militar) y duró de 1192 a 1867. Para la segunda mitad del siglo XII el emperador se había convertido en un símbolo de la soberanía japonesa, recluido en Kyoto.
En Japón se imponía la fuerza armada de familias guerreras dispersas por el territorio. En esa época (siglo XII), las dos familias más importantes eran los Minamoto y los Taira. Estas familias luchaban por la posesión de la tierra cultivable del Japón, que ocupa un 20% del territorio. Finalmente, dominaron los Minamoto; y el jefe de esta familia, Manamoto Yoritomo, fue nombrado shogun (comandante militar) en 1192 por el emperador. A partir de entonces, el shogun fue virtualmente la autoridad suprema de Japón.
Este comandante supremo nombró una serie de gobernadores militares (shugo) que guardaban el orden en todo el territorio japonés y servían a su régimen. A cambio de su lealtad, los shugos recibían tierras. Así el poder político se asoció al poderío militar y a la propiedad territorial. Con el tiempo, los shugos dejaron de ser simples guardias territoriales para convertirse en una versión oriental de señores feudales, llamados daimyo. Estos daimyo o señores consolidaron la primacía del espíritu guerrero en Japón.
Con el crecimiento del sistema feudal, basado en la lealtad personal y de la familia, surgió el más famoso de los tipos japoneses: el samurai o guerrero caballero. Los samurai eran los “guardias profesionales” de los daimyo ( o señores feudales japoneses).
Cada daimyo tenía uno o varios samurai que protegían su tierra y su poder, y luchaba por él en la guerra. Originalmente, el término samurai se usó para nombrar a los guerreros aristócratas; pero después se aplicó a toda la casta guerrera que dominó Japón durante los (siglo XII al XIX).
La importancia e influencia de los samurai aumentó con el paso de los años. Algunos samurai fueron mezclándose con miembros de familias en el poder. A cambio de su lealtad al daimyo, los samurai recibían tierras y tributos. El cargo de samurai se volvió hereditario y así se fundaron las dinastías de samurai.
La casta de guerreros adquirió características que lo situaron aparte del resto de la población. Los samurai estaban vinculados por un código de ética y conducta (conocido como bushido), que los convirtió en un ejemplo de conducta para las clases bajas. Asimismo, sólo a los samurai se les permitía portar las armas supremas de la guerra japonesa, las espadas que se blandían a dos manos y eran objeto de veneración casi sagrada. Por otro lado, los samurai tenían los privilegios de las clases altas: poseían tierras y no tenían límites para viajar. Durante una época los samurai tenían el derecho de cortarle la cabeza a los comuneros que los ofendieran.
"Características"
Eran hombres que vivían siguiendo el Bushido; era su modo de vida.La lealtad total del samurai era para su Emperador y para su Daimyo. Eran honestos y de total confianza. Vivían vidas sin intereses en la riqueza y cosas materiales, pero con gran interés en el orgullo y honor. Eran hombres de valor verdadero.
Los Samurais no temían a la muerte. Entablarían batalla sin importar cuales fueran las dificultades. Morir en la guerra reportaría honor a su familia y a su señor.
Los samurais preferían luchar solos, uno contra otro. En batalla un Samurai "invocaría" el nombre de su familia, Rango y hazañas. Entonces buscaría un oponente de similar rango y batallarían. Cuando el Samurai acaba con su oponente le decapita, para así tras la batalla retornar con las cabezas de los oponentes vencidos que acreditan así su victoria. Las cabezas de los generales y aquellos con alto rango eran transportadas de vuelta a la capital y mostradas en las celebraciones.
"La única salida para un Samurai derrotado era la muerte o el suicidio ritual"
El ritual más conocido fue sin dudas el, desentrañamiento también conocido como Hara-Kiri, escuando un Samurai literalmente se saca las entrañas. Tras ese acto, otro samurai, usualmente un amigo o pariente, le corta la cabeza.
Esta forma de suicido era realizada bajo diferentes circunstancias "Para evitar la captura en batalla, captura que el samurai no consideraba deshonrosa y degradante, pero de mala política; para expiar un acto indigno o fechoría; y quizás mas interesantemente, para advertir a su Señor"
Un Samurai preferiría matarse a si mismo antes que traer deshonor y desgracia al nombre de su familia y a su Señor. Esto era considerado un acto de verdadero honor.
"Caída"
Con los cambios sociales que se dieron el mundo, Japón a pesar de una resistencia a la occidentalización fue eliminando ese viejo sistema.
Cuando los ejércitos privados de los señores feudales fueron desorganizados, muchos soldados samurai sin empleo rondaban por el país, siendo inútiles sus habilidades guerreras en una época en la que Japón estaba en paz, por primera vez en muchos siglos. Los samurai se encontraron viviendo en una sociedad completamente basada en las antiguas normas medievales, pero al mismo tiempo, vivían aparte de dicha sociedad, en la que no había lugar para guerreros. Se convirtieron en una clase aparte, manteniendo vivas las viejas reglas de caballería y su devoción a las artes de lucha.
A finales del siglo XVIII los samurai y los campesinos se iban empobreciendo, mientras que la clase de los comerciantes se hacía cada vez mas próspera, comenzando a emerger como una fuerza de cambio
Durante el periodo Edo (1603 a 1867), En 1633, el Shogun Iemitsu prohibió viajar al extranjero y aisló casi totalmente Japón en el 1639, reduciendo los contactos con el mundo exterior y cortando las relaciones comerciales de igual manera. También prohibió toda la literatura referente a lo extranjero.
En esta era de paz, los samurai se dedicaron a los estudios intelectuales como literatura, historia, filosofía o meditación. También se dedicaron al comercio o se integraron a la burocracia. Durante los dos siglos siguientes las formas del feudalismo se mantuvieron estáticas.
El bushido, el código de los guerreros feudales, se convirtió en el estandarte de la conducta para los grandes señores y la clase acomodada del samurai que actuaron como sus partidarios y administradores.
En 1867 renunció el último shogun y se reinstaló el emperador como el poder legítimo en Japón (época conocida como restauración Meiji).
En 1871 los privilegios de la clase samurai fueron oficialmente suprimidos. Los daimyo tuvieron que regresar la tierra al emperador y recibieron pensiones del estado japonés. Muchos samurai quedaron empobrecidos y desamparados. En 1875 se les prohibió portar las espadas que simbolizaban su dignidad. En el moderno Japón ya no había lugar para el guerrero a la antigua.
No importaba tanto su belleza como su conversación, su cultura y sus conocimientos políticos. Educadas para dar placer y prestigio a sus patrones, no eran dueñas de sí mismas. Hoy, sin embargo, no pocas japonesas eligen libremente esta profesión y se muestran orgullosas de mantener la tradición en su país.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, cambió por fuerza la vida en Japón. No sólo el emperador fue obligado a declarar su "humanidad" (hasta entonces se lo consideraba divino), sino que una serie de decretos apuntó a derribar hábitos muy arraigados en la mentalidad nipona. Entre ellos, uno de 1946 prohibía el funcionamiento de las okiyas, casas que se dedicaban a comprar niñas y educarlas como geishas.
Sin embargo, hay geishas todavía. Ya no cumplen las mismas funciones que antes; en todo caso son una atracción turística o hacen las veces de acompañantes en reuniones sociales o de negocios. Pero todavía recurren a ellas quienes se resisten a una occidentalización a ultranza, y ellas mismas se consideran guardianas de una tradición secular.
"Arte y persona"
El origen de estas mujeres -especie de cortesanas, pues su educación y refinamiento las ubicaba muy por arriba de las prostitutas- está ligado al florecimiento de la clase comerciante. A principios del siglo diecisiete, el Japón feudal de los shogunes (generales) cerró sus puertas al mundo. Sin embargo, no se pudo evitar el crecimiento de pueblos y ciudades y la actividad mercantil.
Los grandes señores despreciaban a los comerciantes, aunque debían recurrir a ellos como prestamistas. Aunque éstos se enriquecían cada vez más, chocaban con una sociedad de reglas muy estrictas: ni siquiera podían usar ropas lujosas para que nadie los confundiera con un señor feudal. Las únicas libertades que podían tomarse eran las propias de los distritos de cortesanas. Y es lo que hicieron: así como en el teatro kabuki -pintoresco y, en algunos casos, de protesta- encontraron su forma de expresión, con las geishas pudieron encauzar la vida social.
En esos barrios florecieron las ochayas, casas de fiestas en las que los comerciantes discutían sus negocios, eran atendidos como señores y se dedicaban a pasarla bien. Los hombres limitaban sus hogares a la vida familiar. Para la esfera laboral y social -y no sólo para el placer- las ochayas eran el verdadero hogar.
¿Qué papel jugaban las geishas?Su nombre deriva de dos ideogramas chinos que significan "arte" y "persona": algo así como "la persona que domina todas las artes". La belleza era secundaria: lo que importaba era la agudeza y fluidez de su conversación. Su preparación demoraba años y no se limitaba a la complicada ceremonia del té: cuando pocos sabían leer y escribir, ellas dominaban Historia, Arte y Matemática, además de canto, baile y guitarra japonesa. Eran también expertas en política y relaciones públicas, pues muchos negocios dependían de su diplomacia y capacidad para resolver situaciones difíciles.
"Hermosas marionetas"
Sin embargo no pasaban de ser esclavas de lujo, compradas y vendidas como un mueble valioso, y eran despreciadas públicamente. Ni siquiera podían poner sus nombres en las tumbas. La vida útil de las geishas era corta, pues rápidamente quedaban calvas por el ungüento con que se peinaban, y el plomo que servía como base para su maquillaje blanco las marcaba para siempre. Su destino por lo general era el asilo o el suicidio: nunca llegaban a independizarse de la okiya, y tampoco les hubiera servido demasiado lograrlo, pues la piel manchada las estigmatizaba para siempre.
Debían dedicar varias horas a vestirse. El maquillaje tenía que cubrir rostro y cuello (también se pintaban la nuca, que era considerada la parte más seductora). Después de colocarse la pasta blanca, pasaban un trozo de madera quemada para ennegrecer las cejas y delineaban los ojos con pintura roja para resaltar los ojos oscuros. De rojo también pintaban las mejillas (con polvo de flores) y los labios.
Untaban el cabello con un ungüento grasoso que le daba brillo y lo mantenía tirante y bien peinado durante una semana. Luego se ponían una serie de kimonos a modo de enaguas y sobre ellos el de geisha. Finalmente, un anciano -el hakoya- les envolvía fuertemente la cintura con una faja -que podía llegar a medir cuatro metros de largo- y daba los últimos toques al atuendo.
Todo realzaba la apariencia de marioneta que mostraban también con sus modales y su manera delicada de hablar. Sus rasgos de esfinge eran producto de un largo aprendizaje: se consideraba de mal gusto la expresión de cualquier sentimiento, tanto de tristeza o nostalgia como de alegría excesiva.
"Las geishas, hoy"
En la actualidad no son esclavas, sino que eligen libremente la profesión. Cuando no trabajan visten a la occidental; los cosméticos modernos y las pelucas les evitan los estragos de antes. A pesar de la prohibición, existen algunas okiyas adonde pueden ir a formarse, pero casi no quedan salones de fiestas, y los que hay son muy caros. Su trabajo se parece más al de una anfitriona. Por lo general son contratadas por industriales o comerciantes que agasajan a sus socios o invitados con un espectáculo exótico o que mantienen el hábito de separar la vida familiar de los negocios y la política.
Algunas aparecen en la televisión o en el teatro u organizan shows para turistas. Ahora muchas hablan varios idiomas, saben jugar al golf o al tenis, pero todas mantienen la rica formación que las hizo célebres, aunque ya no tengan mucha ocasión de desplegar sus habilidades: trabajar en un club nocturno o en un restaurante de lujo es tanto o más rentable y no obliga a ningún tipo de educación especial. Sin embargo se muestran orgullosas de su profesión y una vez al año, hacia la primavera, realizan en las calles el "desfile de las geishas": allí, vestidas con sus ricos quimonos, regalan a la gente la fascinación milenaria de su arte.
En Japón se practica una amplia variedad de deportes. Las artes marciales tradicionales como el judo y el kendo gozan de gran popularidad de la misma manera que ocurre con deportes importados del exterior, como por ejemplo el fútbol y el béisbol. El verano es el momento en el que muchos japoneses viajan a la costa para practicar el surf y el submarinismo, mientras que el esquí y el snowboard son deportes muy populares durante el invierno.
"DEPORTES MAYORITARIOS"
BEISBOL
El béisbol es uno de los deportes espectáculo más populares de Japón. Hay doce equipos profesionales, seis en la Liga Central y seis en la Liga del Pacífico. Los equipos de cada liga juegan alrededor de 140 partidos cada uno durante la temporada, al final de la cual los dos ganadores de sus respectivas ligas se enfrentan entre sí en las Series de Japón. En los últimos años, cada vez más jugadores japoneses se han trasladado a Estados Unidos a jugar al béisbol en la Major League (la Gran Liga). Dos de los más famosos son Suzuki Ichiro y Matsui Hideki.
El béisbol no profesional también goza de gran popularidad y muchos escolares practican este deporte en las Little Leagues (Pequeñas Ligas) locales o en los equipos escolares de béisbol. El Campeonato Nacional de Béisbol de Escuelas Secundarias, que se disputa dos veces al año, se decide entre escuelas que han tenido que superar duras rondas eliminatorias para poder representar a sus prefecturas.
FÚTBOL
El fútbol también tiene un gran número de seguidores en Japón. Desde que la propia liga japonesa de fútbol profesional, la Liga J., se fundara en 1993, el fútbol cuenta cada vez con más seguidores. El hecho de que Japón y la República de Corea hubieran celebrado conjuntamente el Campeonato del Mundo de la FIFA del 2002 ha contribuido enormemente a incrementar la popularidad del fútbol. Muchos jugadores japoneses se han incorporado a equipos extranjeros y juegan en las principales ligas europeas.
ARTES MARCIALES
Las artes marciales tradicionales, como el judo, el kendo, el kárate y el aikido siguen siendo importantes gracias a la dedicación de sus practicantes.
En el judo, que literalmente significa "el camino apacible", la clave para superar al contrario radica en aprovecharse de su propia fuerza. En la actualidad goza de gran popularidad en todo el mundo y se ha afianzado firmemente como deporte oficial olímpico desde su primera inclusión en los Juegos Olímpicos de 1964.
Siguiendo los pasos del judo, el kendo (esgrima japonesa) también ha conseguido atraer a muchos aficionados en el extranjero en los últimos años. Los contrincantes del kendo llevan trajes protectores a modo de armadura y utilizan espadas de bambú para atacar y defenderse.
El kárate se introdujo en Japón desde China a través del Reino de los Ryukyu (la actual Okinawa). Los contrincantes del kárate no llevan ningún tipo de protección y luchan utilizando tan sólo las manos y los pies.
SUMO
El Sumo, deporte nacional de Japón, tiene una historia que abarca más de 1000 años. Dado que solía celebrarse como una forma de acción de gracias por las cosechas y en otras ceremonias religiosas, en el sumo aún se realizan muchos rituales. Los rikishi (luchadores de sumo), que llevan el pelo al estilo de los antiguos guerreros, únicamente llevan un cinturón especial de seda y luchan tan sólo con las manos desnudas.
Casi todos pesan entre 100 y 200 kilos (entre 220 y 440 libras). Luchan en un dohyo (ring) de 4,5 metros de diámetro (14,8 pies de diámetro) hasta que uno de los dos sale del ring o toca el suelo con cualquier parte de su cuerpo que no sea las plantas de los pies. Aunque las reglas son sencillas, la técnica no lo es, y existen más de ochenta maneras de ganar. Los torneos de sumo profesionales se celebran seis veces al año y duran quince días cada uno. El sumo ha llamado la atención fuera de Japón gracias a que se han organizado torneos de exhibición en varios países y en parte también al éxito obtenido por algunos luchadores extranjeros.
"LOS JUEGOS OLÍMPICOS"
El deporte no profesional también se abre camino en Japón, que siempre presenta un equipo fuerte en los Juegos Olímpicos. Unos 339 atletas japoneses compitieron en las Olimpíadas de en las Olimpiadas de Pekín 2008, y 109 participaron en los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City en el 2002. Japón ha acogido Las Olimpíadas en tres ocasiones: En Tokio se celebraron los Juegos de Verano de 1964 - la primera Olimpíada que se celebraba en Asia - mientras que los Juegos de Invierno se celebraron primero en Sapporo el año 1972 y luego en Nagano en el año 1998.
DEPORTES POPULARES ENTRE LOS NIÑOS
Los niños japoneses practican varios deportes en los clubes de sus escuelas o cerca del lugar en el que viven. El fútbol y el béisbol son dos de los deportes más populares entre los chicos, mientras que las chicas suelen practicar deportes como los bolos y el bádminton. La natación es un deporte muy practicado por ambos sexos.
El anime es una adaptación de la palabra inglesa animation y se utiliza internacionalmente para referirse a los dibujos animados producidos y creados por japoneses. La industria del anime comenzó a tener más éxito a nivel global en la década de los 80 y 90 con series como Dragon Ball o Doraemon.
Los animes se suelen clasificar dependiendo del público al que van dirigido:
Shonen: dirigido a chicos jóvenes. Shojo: dirigido a chicas jóvenes. Seinen: dirigido a hombres adultos. Josei: dirigido a mujeres adultas. Kodomo: dirido al público infantil.
Los anime suelen surgir de adaptaciones de los mangas (comics japoneses) y pueden seguir o no la misma trama de estos.
Algunos animes más conocidos en todo el mundo son "Bleach", "Claymore", "Death Note", "Naruto", "One Piece", "Full Metal Alchemist" y, como no, "Doraemon". Este último fue nombrado embajador del anime en el mundo.
Doraemon junto con su hermana, Dorami.
Los animes se publican cada semana en la televisión japonesa, algo así como las series en España. Si una serie tiene éxito se pueden llegar a hacer varias temporadas, películas, videojuegos... junto al merchandising (objetos relacionados con el anime como figuras, miniaturas, posters, bisutería...).
Personajes del anime "Bleach".
Serie Elfen Lied
Videojuego del anime "Naruto"
Merchandising (figuras, posters...relacionados con el anime "One Piece")